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Bastante lamentable los resultados de las elecciones de ayer, poco se podría esperar de candidatos sin la experiencia y capacidad de gestión necesaria, la ausencia del debate de propuestas razonables, plausibles y sensatas.

 

La #democracia se ha convertido en la elección y voto del mal menor, lejos de elegir el camino de otras sociedades que han logrado progresar, se opta por la vía propuesta por candidatos que poco o nada ostentan en sus currículos y enarbolan banderas de ideologías que solo han producido miseria.

 

Prueba de lo que menciono, ayer en los discursos de victoria se promulgaron las rancias consignas de la dialéctica marxista, iniciándose una utilización de las instituciones para dividir a la sociedad entre bandos, uno manipulable utilizado como ariete contra quien no comulga con su bodrio ideario.

 

Escucharemos mas de los mismo en los próximos discursos de posesión, piezas plagadas de neolengua, de politiqués exquisito, con la clásica lucha de clases, o las nuevas derivas de esta hacia el machismo, “feminicidio”, “violencia de género”, calentología, inclusión social, emigración descontrolada, anticapitalismo, entre otros clásicos. En fin, la agenda que ha abrazado la izquierda insensata y los falsos razonamientos de siempre que conllevan a enfrentamientos entre la sociedad y la difuminación de un futuro promisorio.

 

La prosperidad es incompatible con una sociedad infantilizada que descree en la responsabilidad individual y lo sustituye por la adoración al estado. En ese orden de ideas, es preocupante el giro hacia la izquierda alejada de la mesura y la sensatez. Depositar cualquier halo de esperanza en el #neomarxismo de nuestros tiempos es sin paliativos una estupidez, tanto como pretender un papá estado solucionador de todo, sin costo y al albur de un iluminado.

 

Veo con profunda preocupación que en el futuro próximo se malgasten los exiguos recursos públicos para engordar masas aborregadas con el todo público, subsidiado o peor aún regalado; la creación de clientelas disfrazadas de ONGs y que ciudades relevantes para la vida nacional se conviertan en “núcleo irradiador” del ideario del foro de Sao Paulo y la ideología de género.

 

Si la sociedad no despierta de está ensoñación populista, pronto tendremos gobernantes de ámbito nacional y habremos perdido el norte una vez más.

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